13.1.11
San Antonio de los Cobres y el viento
Finalmente llegué a SA de los Cobres. Un lugar tan espectacular como curioso. Llegué ayer por la tarde, cuando caía el sol y un viento continuo, persistente y frío empezaba a levantar. Encontré alojamiento rápido, me acomodé y tuve la peor idea: dar una vueltita. Había caído el sol y ni la salamandra a todo vapor del lugar ni las advertencias conocedoras de la dueña cambiaron mi opinión. La cambió el frío que tomé en esas 5 cuadras y que todavía no logro sacarme de encima.
Desolado, congelado, no dejó de ser una aventura, de ser espectacular ver el contorno de esas montañas como sobras en el horizonte oscuro, esas casas cerradas, resguardadas, ese porteño tarado que se congelaba mientras coleccionaba, también, esta experiencia para su blog.
El locro del regreso ayudó, la cama y el ambiente calentitos me devolvieron el ánimo y me dejaron una buena lección: sin la ropa adecuada, mejor me guardo en la noche.
Hay mucho para ver, contra mi pronóstico en este pueblo. Me hablaron del paso del Tren a las Nubes, de La Polvorilla (o algo así), de unas ruinas, de un cerro.
Por ahora me pasé la mañana organizándome para ver cómo sigo el viaje. Aunque pronto se impone volver a Salta capital y pasar un buen rato ahí. El tiempo dirá... mientras tanto, le escapo al viento.
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