5.1.11
Por fin... Cachi
Ruta 68, algo de lluviecita leve y en una combi me voy de Salta capital. Es temprano y me gana el sueño, me despierto en El Carril (el conductor me despierta con su anuncio: "El Carril", grita). Ahora la ruta es la 33, una ruta provincial, según dice el cartel. "Empieza lo mejor" me dice un compañero de viaje, Julián, que ya estuvo en Cachi hace 3 años.
Y empezó lo mejor. Parece otro paisaje, mucho más verde que en el resto de lo que había recorrido, un río abajo y la Quebrada de Escoipe (señala el chofer). Nos quedamos mirando.
El camino avanza y vuelve la aridez, de a poco, crece, como la altura y la somnolencia de los que estamos ahí. Julián se acuerda tarde de tomar una pastilla para el mareo, ya está descompuesto por las curvas. Apenas lo distrae la Cuesta del Obispo. Bajamos para hacer fotos. En la altura, mirando el serpentéo del camino, "contemplen ese camino, esa mirada suya es la mirada habitual del cóndor", agrega el chofer. Y aunque es algo cursi la idea, no deja de ser precisa. La imagen del cóndor es perfecta para el momento... y todos miramos.
Cardones, paisaje norteño típico, la Recta del Tin Tin parece interminable (foto con Stitch). Apenas rompen la monotonía un par de cardones, alguna vicuña que escapa y los cerros Negro y Tin Tin, a uno y otro lado del camino. El pobre Julián también sufre la altura, no tiene respiro.
Por fin, Cachi. El viaje fue largo, hermoso, pero largo. Estamos cansados, Julián casi destruido. El calor de la tarde agobia. "El pueblo blanco", nos dice sonriendo el chofer cuando llegamos. Es blanco. Necesitamos descansar, salimos a buscar alojamiento.
Esto fue ayer. Hoy: paseo.
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