No, no hable de Juventud Antoniana-Central Norte, pa los que no saben, un verdadero clásico salteño. Hablo del Boca-River de ayer, que vimos en la casa de Ramiro. Una vez más, la ventaja de ser de independiente me hizo relajarme y disfrutar de un partido que empezó bien y terminó aburriendo.
En una breve encuesta entre la gente que estaba en la casa, Boca ganaba 5 a 2 en hinchas. No sé si es una tendencia de Salta, o siquiera de Salta capital, pero al menos en el Barrio Castañares, la mayoría era xeneixe. Donde no hubo mayores discusiones es en reprobar la forma en que Niembro vendía, repetitivamente al diputado salteño Olmedo, que paseaba su camperita amarilla por el estadio mendocino. "Un impresentable", según lo definieron los salteños presentes, que parecen conocerlo a fondo (según se desprende de la discusión de 20 minutos, enumerando sus errores, que se inició).
Como sea, fue lindo ver el partido de una forma distinta. La vez pasada lo vi solo en un bar del Centro. Ahora, con cerveza Salta de por medio, todo una nueva gama de puteadas para aprender y muchas risas, fue más entretenido.
Me llevé además la promesa de que me lleven a ver el clásico salteño CJA-CN, en su próxima edición (para la que no falta mucho). Todo, a pesar de haberla mufado la última vez que me llevaron al Martearena. Quizá el empate de ayer con Libertad de Sunchales les devolvió el ánimo.
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