25.2.11
Adiós Iruya
Me despido, sin caminata duplicada a San Isidro, pero con la tranquilidad y felicidad de haberla hecho. Con el recuerdo de la tranquilidad de estos cerros y este lado de Argentina que parece tan lejano a un porteño viajero. Con el ruido del viento en las orejas, con el color de los cerros en la retina, con el sabor de las empanaditas salteñas. Con esas callecitas de piedra irregular, la luz vaporosa de los faroles en las noches frías y esa caminata solitaria de anoche y el esfuerzo por ver el valle en plena oscuridad.
Salgo para Humahuaca, curiosamente, mi primer destino jujeño después de casi dos meses en Salta. La Quebrada y después el regreso a Salta capital y después, como me gusta decir, quién sabe. Todavía hay tiempo y dinero para seguir.
24.2.11
Oda a la empanada salteña
En ratos de ocio (y de mucha hambre) recordé las maravillosas empanadas salteñas. Esas joyas pequeñitas, esa gloria hecha masa, una combinación perfecta de carne, papa, huevo, ají y magia. Se fríen por docenas, se comen por docenas, se riegan con generoso vino (Torrontés salteño, de preferencia). Son como un copetín y a la vez el plato más rico y generoso, son llenadoras y siempre nos dejan queriendo más.
Son para compartir también, son sinónimo de generosidad, de amistad, de reunión, de charlas, de alegría, una vez más, regadas por el también generoso vino de Salta. Son tan ricas que uno quisiera saber la fórmula, replicarlas, llevárselas a Buenos Aires y compartirlas allá con la familia, los amigos. Pero no. Parte de la magia de las empanadas salteñas es comerlas en Salta, donde tienen ese sabor que jamás se conseguirá en otro lado, porque es el sabor que le dan los artesanos, los que saben, los que me (nos) homenajean con cada docena que sale de la sartén y, sin llegarse a enfriar, vuela de las manos.
23.2.11
Lluvia, viento y frío
Un tío mio solía decir, cuando todo le iba mal, y para darse ánimo: "No todo puede ser lluvia, viento y frío". El tiempo en Iruya no viene acompañando, y tiene un poco de cada una de esas cosas. Lluvia o lloviznitas ocasionales, mucho viento en las alturas y frío de noche. Febrero, acá, no parece febrero. Afortunadamente hay cómo y dónde protegerse de esos tres males turísticos. De la lluvia, en el bar de los duendes o en la casa, del viento, sentándose debajo de las parecitas de la plaza o atrás de la Iglesia (depende de dónde sople) y del frío, debajo de las 7 (sí, 7) frazadas que tiene la cama.
La verdad, ya estoy esperando que mejore el clima para seguir camino. Sigo tentado de hacer la caminata a San Isidro tempranito, pero veremos si esa opción funciona. Estoy viendo si no me conviene dar unas vueltas por la Quebrada, para llegar al carnaval del 5 en Tilcara. Es una opción y el amigo Ramiro me dijo que podemos encontrarnos por ahí y después volvemos en el auto para Salta capital.
Mientras tanto, me llevo la poesía de este pueblito, que aún con lluvia, viento y frío, tiene un encanto especial. Las callecitas que suben de piedras irregulares, la pequeña iglesita con la cúpula azul, hasta un polideportivo bien humilde que está en la parte alta (era increíble ver a los chicos jugando básquet en desnivel!), todo en Iruya nos deja algo, nos enseña algo o forma un recuerdo entrañable.
La verdad, ya estoy esperando que mejore el clima para seguir camino. Sigo tentado de hacer la caminata a San Isidro tempranito, pero veremos si esa opción funciona. Estoy viendo si no me conviene dar unas vueltas por la Quebrada, para llegar al carnaval del 5 en Tilcara. Es una opción y el amigo Ramiro me dijo que podemos encontrarnos por ahí y después volvemos en el auto para Salta capital.
Mientras tanto, me llevo la poesía de este pueblito, que aún con lluvia, viento y frío, tiene un encanto especial. Las callecitas que suben de piedras irregulares, la pequeña iglesita con la cúpula azul, hasta un polideportivo bien humilde que está en la parte alta (era increíble ver a los chicos jugando básquet en desnivel!), todo en Iruya nos deja algo, nos enseña algo o forma un recuerdo entrañable.
22.2.11
Iruya - San Isidro
Ayer fue el día de la caminata a San Isidro, un pequeñísimo pueblo, a unos 8km de Iruya. También, una de las caminatas más lindas que recuerde. Salí algo más tarde de lo que debería. Cuando había caminado los primeros dos kilómetros, entre cerros coloridos, por el valle, ya cruzaba gente que estaba volviendo. Me dijeron: "¡Te vas a morir de calor!", y no se equivocaron.
No fue tan terrible la ida, que siguió por la vera de un riacho y en amplios terrenos con piedras, junto a casitas con mucho verde y en las alturas de San Isidro.
En San Isidro, un sánguche de jamón y queso y un café con leche en el único lugar abierto, la tentación de seguir caminando a una Laguna de altura (tentación frustrada) y el regreso bajo un sol que quemaba.
Me debo una caminata saliendo bien pero bien tempranito, saliendo tipo 6AM. Veré si mañana lo logro, y si puedo ir aún un poco más lejos.
No fue tan terrible la ida, que siguió por la vera de un riacho y en amplios terrenos con piedras, junto a casitas con mucho verde y en las alturas de San Isidro.
En San Isidro, un sánguche de jamón y queso y un café con leche en el único lugar abierto, la tentación de seguir caminando a una Laguna de altura (tentación frustrada) y el regreso bajo un sol que quemaba.
Me debo una caminata saliendo bien pero bien tempranito, saliendo tipo 6AM. Veré si mañana lo logro, y si puedo ir aún un poco más lejos.
18.2.11
Iruya, y la aventura de llegar
Llegué, finalmente, luego de una odisea. Tal cual habían pronosticado, el camino se complica con lluvias, y había llovido en la zona ayer por la mañana un poco. Resultó que el camino era un laberinto para el conductor y que varios ríos (riachos) que había que cruzar habían crecido. ¿Qué se hace?, se preguntarán mis estimados lectores. ¿Volvemos? ¿Damos aviso?... No! Bajamos las 40 personas que íbamos en dos micros y tiramos piedras al río hasta hacer dos caminos rocosas por los que puedan pasar las 4 ruedas de los micros.
Después de esta esforzada aventura, pudimos seguir camino. Sobre los 4000 metros en un mirador en el límite de Jujuy y Salta. Algo más de curvas y caminos de ripio hasta llegar (5 horas más tarde de los previsto) a Iruya. Cansado, pero feliz. Finalmente en la pequeña placita, frente a una coqueta iglesia de cúpula azul y una vista del valle imborrable.
Llegué a la casita de piedra que me esperaba, comí mi docena de empanadas de rigor y me tiré a descansar (a descansar los brazos de tanto revolear piedra) hasta hoy. Sigo recuperando el aire, en la cima de un cerro, cerca de la antena con señal. Veo un paisaje hermoso, dan ganas de quedarse. Esto es la felicidad.
Después de esta esforzada aventura, pudimos seguir camino. Sobre los 4000 metros en un mirador en el límite de Jujuy y Salta. Algo más de curvas y caminos de ripio hasta llegar (5 horas más tarde de los previsto) a Iruya. Cansado, pero feliz. Finalmente en la pequeña placita, frente a una coqueta iglesia de cúpula azul y una vista del valle imborrable.
Llegué a la casita de piedra que me esperaba, comí mi docena de empanadas de rigor y me tiré a descansar (a descansar los brazos de tanto revolear piedra) hasta hoy. Sigo recuperando el aire, en la cima de un cerro, cerca de la antena con señal. Veo un paisaje hermoso, dan ganas de quedarse. Esto es la felicidad.
17.2.11
Camino a Iruya
No sé que tal es la conectividad en Iruya, así que por las dudas les dejo unas últimas líneas desde el camino. Estoy en la terminal de Jujuy capital. Me dijeron que este bus cómodo llega hasta Humahuaca y de allí, nos cambian a otro ("Un poquito menos cómodo", dijo el muchacho que organiza; "Una poronga", dijo mi compañera de asiento). Parece que ayer llovió un poquito por la zona, pero dicen que no habrá problema en cruzar hasta Iruya.
Me impresionó la cantidad de gente que va para allá. O es un lugar muy lindo o es un lugar que turísticamente sabe venderse muy bien (o ambas, claro). Así que mi ansiedad por conocer, es doble.
Un abrazo a los lectores y un agradecimiento a todos los que me dieron tips de viajero.
Nos leemos al regreso o desde allá si Bill Gates (o Dios, que en Internet son lo mismo) quiere.
Me impresionó la cantidad de gente que va para allá. O es un lugar muy lindo o es un lugar que turísticamente sabe venderse muy bien (o ambas, claro). Así que mi ansiedad por conocer, es doble.
Un abrazo a los lectores y un agradecimiento a todos los que me dieron tips de viajero.
Nos leemos al regreso o desde allá si Bill Gates (o Dios, que en Internet son lo mismo) quiere.
16.2.11
Últimos resabios urbanos
Mañana temprano me voy para Iruya. Claro, si el muchacho que vende los pasajes en la terminal lo autoriza. Calculo que el mejoramiento del tiempo va a colaborar para que así sea.
Mientras tanto, me preparo despidiéndome de los últimos resabios de urbanidad. Pasé por un Vea para comprar algunas cosas pal viaje (sólo una precaución por si allá está todo a precio de turista) y por la farmacia para las pastillas de la altura que, si bien todavía no me afectó, nunca se sabe.
Si voy con la esperanza de seguir llenándome de empanaditas. (Ya estoy pensando una forma de traficarlas a Buenos Aires cuando me tenga que volver). También tengo la idea de caminar hasta el cercano pueblo de San Lorenzo, algo que varios en Facebook me han dicho que vale la pena. Me recomendaron una casa para quedarme, mejor que el camping que está frente a la ciudad. Y me avisaron que me prepare para un viaje largo y complicado, porque el camino no es el mejor.
Advertencias y consejos aparte, estoy feliz por volver a la calma de un pueblo (más aun cuando me dicen que ya no hay tantos turistas por allá). Tendré tiempo para pensar, para seguir escribiendo estas pavadas y ver cómo sigue mi viaje, después de la larga estadía en Salta capital.
Mientras tanto, me preparo despidiéndome de los últimos resabios de urbanidad. Pasé por un Vea para comprar algunas cosas pal viaje (sólo una precaución por si allá está todo a precio de turista) y por la farmacia para las pastillas de la altura que, si bien todavía no me afectó, nunca se sabe.
Si voy con la esperanza de seguir llenándome de empanaditas. (Ya estoy pensando una forma de traficarlas a Buenos Aires cuando me tenga que volver). También tengo la idea de caminar hasta el cercano pueblo de San Lorenzo, algo que varios en Facebook me han dicho que vale la pena. Me recomendaron una casa para quedarme, mejor que el camping que está frente a la ciudad. Y me avisaron que me prepare para un viaje largo y complicado, porque el camino no es el mejor.
Advertencias y consejos aparte, estoy feliz por volver a la calma de un pueblo (más aun cuando me dicen que ya no hay tantos turistas por allá). Tendré tiempo para pensar, para seguir escribiendo estas pavadas y ver cómo sigue mi viaje, después de la larga estadía en Salta capital.
15.2.11
Liberado el guía
Se fue el amigo Ezequiel nomás. Paseamos el fin de semana por Salta y le hice de guía. Alcanzamos a ver todo lo que él esperaba ver. Aunque le insistí en hacer algunos recorridos alternativos por la ciudad, no tuve éxito. "Quedará para otra vez", me dijo. Lo único que le quedó pendiente fue ver el clásico de Juventud Antoniana y Central Norte, porque Ramiro se nego a llevar "porteños mufa" a un partido tan importante. Yo, que ya le había mufado un partido, lo entendí. Ezequiel se indignó.
Volví a comer empanaditas a un ritmo de 25 por minuto y mandamos uno que otro torrontés a la bodega, para completar la dieta salteña básica que supe adoptar felizmente. Sacamos fotos, hicimos comentarios de turista del estilo "en Buenos Aires esto no se consigue" o "Lo que le faltaría a Salta es...".
Quizá esto de andar "turisteando" fue lo que me decidió a ir para Iruya el jueves. Necesito un poco de tranquilidad absoluta, de pasear por algún paisaje más solitario, desolado, en la altura de los cerros con el ruido del vientito en las orejas. Como en Cachi o San Antonio de los Cobres, un poco de paz en las alturas.
Volví a comer empanaditas a un ritmo de 25 por minuto y mandamos uno que otro torrontés a la bodega, para completar la dieta salteña básica que supe adoptar felizmente. Sacamos fotos, hicimos comentarios de turista del estilo "en Buenos Aires esto no se consigue" o "Lo que le faltaría a Salta es...".
Quizá esto de andar "turisteando" fue lo que me decidió a ir para Iruya el jueves. Necesito un poco de tranquilidad absoluta, de pasear por algún paisaje más solitario, desolado, en la altura de los cerros con el ruido del vientito en las orejas. Como en Cachi o San Antonio de los Cobres, un poco de paz en las alturas.
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14.2.11
Un escapada al norte, en el norte
La tentación eterna del mochilero que está por el Norte Argentino es seguir "más al norte". El que está en Tucumán quiere venir a Salta. El que está en Salta quiere ir a Jujuy. Y el que está en Jujuy quiere ir a Bolivia. Por supuesto que el que está en Bolivia quiere llegar a Machu Picchu y el que está el Machu Picchu, sólo quiere volver a su lugar porque está cansado y ya sin plata. Es una extraña constante entre los mochileros que me crucé en este viaje y que me sigo cruzando frecuentemente las tardes que se me da por subir al Cerro San Bernardo.
Reconozco que empecé con ese mismo espíritu: llegué a Tucumán y rápidamente me fuí a Cafayate y a Salta capital, donde estoy ahora. Pero en ese pasaje por Salta, haciendo honor al día de hoy, me enamoré de la provincia. Entonces las ganas de ir al norte (como mandato inevitable del mochilero) menguaron. Sumado a esto, tuve la suerte de hacer un gran amigo como Ramiro, que me aloja gratis, me hace de guía y acompaña algunas escapadas de fin de semana, poniendo su auto. Todo a cambio de una amistad, generosidad que dificilmente se encuentre en Buenos Aires, donde cada vecino mira su propio c*** y "el de al lado" no suele ser prioridad.
De todas formas, habiendo adoptado Salta capital como base, vuelvo a caer en la tentación de la escapada al norte. Dos son los destinos que se imponen: Jujuy capital (muy cerquita de acá) e Iruya (bastante más al norte y difícil de acceder, en Salta). Es probable que en el transcurso de esta semana vaya para Iruya, depende del clima, según me anunciaron, porque los caminos no son los mejores. Veremos si el tiempo quiere que viaje. Mientras tanto, disfruto esta ciudad y de un viaje con otros ritmos y mejor que cualquier otro que haya hecho.
Reconozco que empecé con ese mismo espíritu: llegué a Tucumán y rápidamente me fuí a Cafayate y a Salta capital, donde estoy ahora. Pero en ese pasaje por Salta, haciendo honor al día de hoy, me enamoré de la provincia. Entonces las ganas de ir al norte (como mandato inevitable del mochilero) menguaron. Sumado a esto, tuve la suerte de hacer un gran amigo como Ramiro, que me aloja gratis, me hace de guía y acompaña algunas escapadas de fin de semana, poniendo su auto. Todo a cambio de una amistad, generosidad que dificilmente se encuentre en Buenos Aires, donde cada vecino mira su propio c*** y "el de al lado" no suele ser prioridad.
De todas formas, habiendo adoptado Salta capital como base, vuelvo a caer en la tentación de la escapada al norte. Dos son los destinos que se imponen: Jujuy capital (muy cerquita de acá) e Iruya (bastante más al norte y difícil de acceder, en Salta). Es probable que en el transcurso de esta semana vaya para Iruya, depende del clima, según me anunciaron, porque los caminos no son los mejores. Veremos si el tiempo quiere que viaje. Mientras tanto, disfruto esta ciudad y de un viaje con otros ritmos y mejor que cualquier otro que haya hecho.
11.2.11
Pasando el tiempo en la Plaza 9 de Julio
La Plaza 9 de Julio es uno de mis lugares favoritos en Salta capital. Retomando una vieja costumbre porteña, me gusta sentarme a observar a la gente o a esperar que pase algo. Ya van varias tardes que me acomodo en un banquito, mirando a la Catedral y me quedo algunas horas.
De vez en cuando leo un poco (mi libro de turno o el "Diario Chiquito" que le robo a Ramiro), a ratos saco fotos, si pasa algo interesante. A veces veo algún personaje que merece ser retratado y me quedo como 1 hora con la cámara apoyada en la rodillas, hasta que está en la posición justa, o no me ve y puedo sacarle.
La mayoría del tiempo me entretengo con las charlas de los que se sientan cerca o pasan caminando: dicen que "... Central Norte está para subir este año, loco", que "los canales porteños siempre hablando de lo mismo", que "el ocotudo de mi vecino se acomodó en el Gobierno de Urtubey y ahora vive como un rey", que "te quiero Belén, lo de Cami no fue nada y además ya la borré de Facebook". Robo pequeños pedacitos de la vida los salteños que pasan por ahí y con ellos imagino el final de la historia. Así me paso horas. Es verdad, me entretengo fácil.
De vez en cuando leo un poco (mi libro de turno o el "Diario Chiquito" que le robo a Ramiro), a ratos saco fotos, si pasa algo interesante. A veces veo algún personaje que merece ser retratado y me quedo como 1 hora con la cámara apoyada en la rodillas, hasta que está en la posición justa, o no me ve y puedo sacarle.
La mayoría del tiempo me entretengo con las charlas de los que se sientan cerca o pasan caminando: dicen que "... Central Norte está para subir este año, loco", que "los canales porteños siempre hablando de lo mismo", que "el ocotudo de mi vecino se acomodó en el Gobierno de Urtubey y ahora vive como un rey", que "te quiero Belén, lo de Cami no fue nada y además ya la borré de Facebook". Robo pequeños pedacitos de la vida los salteños que pasan por ahí y con ellos imagino el final de la historia. Así me paso horas. Es verdad, me entretengo fácil.
10.2.11
De turista a guía turístico
Hoy llega Ezequiel, un amigo porteño. Cursó parte de la carrera de Diseño conmigo y me inistió hasta el hartazgo por Facebook para que fuera su guía en su visita a Salta. Se queda 3 días y quiere conocer "lo básico". Entonces, me toca organizarle el viaje. Supongo que no cuenta con la posibilidad de que pueda llover en su estadía, así que por este medio se puede dar oficialmente por informado.
El segundo desafío es que quiere conocer "Salta", así de pretencioso es el muchacho. Como si pudiera conocer la provincia en 3 días... Yo llevo como 1 mes en Salta capital y todavía no conozco ni el 10%... Como sea, le sugerí un paso por Cafayate (ahí pasé fin de año y tengo un lindo recuerdo). Le podría haber dicho del Anfiteatro, de las 7 Cascadas y otras cosas bellísimas, pero para que no se enloquezca en el medio día y monedas que estará por ahí, le recomendé visitar las bodegas.
En Salta capital seré el guía oficial. Infaltable tour por el Centro (Catedral, Plaza 9 de Julio, San Francisco, Cabildo, Cerro San Bernardo, La Balcarce) y después, que él elija qué hacer con su día restante.
El segundo desafío es que quiere conocer "Salta", así de pretencioso es el muchacho. Como si pudiera conocer la provincia en 3 días... Yo llevo como 1 mes en Salta capital y todavía no conozco ni el 10%... Como sea, le sugerí un paso por Cafayate (ahí pasé fin de año y tengo un lindo recuerdo). Le podría haber dicho del Anfiteatro, de las 7 Cascadas y otras cosas bellísimas, pero para que no se enloquezca en el medio día y monedas que estará por ahí, le recomendé visitar las bodegas.
En Salta capital seré el guía oficial. Infaltable tour por el Centro (Catedral, Plaza 9 de Julio, San Francisco, Cabildo, Cerro San Bernardo, La Balcarce) y después, que él elija qué hacer con su día restante.
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9.2.11
El amanecer más lindo del mundo
Para un porteño acostumbrado a ver asomar la luz del día entre las persianas de un departamento. A enterarse que amaneció poruqe el ruido de la calle aumenta con el caudal de autos que circulan. A saber que está saliendo el sol pero no por dónde, un amanecer el Salta puede verse como el amanecer más lindo del mundo.
El cambio de luz es progresivo. Se ve asomar primero uma línea roja sobre los cerros. Esa línea se curva despacio, a medida que se aclara hacia un amarillo intenso y los primeros rayos iluminan el cielo (antes negro, ahora de un azul profundo, que también irá aclarándose). Más colores todavía si está nublado, las nubes también cambian (de violeta a rosado, de gris a naranja, amarillo y otros que no puedo alcanzar a describir). Esa mancha amarillenta es borrosa, parece temblar mientras crece. Un poco más y el cielo clarea, a nuestro alrededor empiezan a distinguirse las cosas, pero la mirada vuelve a esa salida, a ese cerro que también se empeña en cambiar de color, como el cielo, como el sol, como todo alrededor. La mitad ya está afuera, el cielo era celeste nomás, como contaban en la escuela. Ya cuesta mirar el sol. Un rato más y se despegará del cerro, subirá hasta el punto e que incluso en Buenos Aires pueda verse.
Aunque allá ni sospechen que el amanecer más lindo del mundo está acá y que el sol, de poder elegir, saldría siempre acá, en Salta.
El cambio de luz es progresivo. Se ve asomar primero uma línea roja sobre los cerros. Esa línea se curva despacio, a medida que se aclara hacia un amarillo intenso y los primeros rayos iluminan el cielo (antes negro, ahora de un azul profundo, que también irá aclarándose). Más colores todavía si está nublado, las nubes también cambian (de violeta a rosado, de gris a naranja, amarillo y otros que no puedo alcanzar a describir). Esa mancha amarillenta es borrosa, parece temblar mientras crece. Un poco más y el cielo clarea, a nuestro alrededor empiezan a distinguirse las cosas, pero la mirada vuelve a esa salida, a ese cerro que también se empeña en cambiar de color, como el cielo, como el sol, como todo alrededor. La mitad ya está afuera, el cielo era celeste nomás, como contaban en la escuela. Ya cuesta mirar el sol. Un rato más y se despegará del cerro, subirá hasta el punto e que incluso en Buenos Aires pueda verse.
Aunque allá ni sospechen que el amanecer más lindo del mundo está acá y que el sol, de poder elegir, saldría siempre acá, en Salta.
8.2.11
Un superhéroe salteño
Los porteños probablemente no dimensionamos la magnitud de la figura de Güemes, un verdadero superhéroe salteño. Para la mayoría, a la distancia, no es más que otro nombre de calle. Para los que prestaron atención en las clases de historia en la primaria, apenas un prócer secundario. No es hasta que pisé Salta que supe realmente quién era Güemes, sino también lo que representaba y lo mucho que le debemos los argentinos.
No por nada es tan amado en esta zona: Güemes tiene todos los condimentos para ser un héroe popular. Nació y murió en Salta. Organizó la defensa del norte de nuestro territorio, con escasísimos recursos (apenas unos cuantos valientes conocidos como los "Gauchos de Güemes", unas pocas armas y mucho coraje) frente a los ejércitos españoles que todavía no dejaban el territorio, luego de la Revolución de Mayo. Apenas unos cuantos hombres, conocedores del terreno, valientes y astutos resistieron pelearon por cerca de 6 años contra uno de los mayores ejércitos del mundo. Solos, con un objetivo: defender el Norte.
Participó, años antes, en la reconquista de Buenos Aires, tras las invasiones inglesas y peleó, más tarde, junto a San Martín y Belgrano.
Sin Güemes, Argentina tendría probablemente en Córdoba su límite norte. Un ejemplo de amor y patriotismo, como los que abundaban en aquellos años que, desgraciadamente, no ha sido reconocido por los libros de historia como debería. Afortunadamente, la memoria popular, si lo ha hecho. Nadie que pase por Salta dejará de saber quién es Güemes y lo que hizo por nuestro país.
No por nada es tan amado en esta zona: Güemes tiene todos los condimentos para ser un héroe popular. Nació y murió en Salta. Organizó la defensa del norte de nuestro territorio, con escasísimos recursos (apenas unos cuantos valientes conocidos como los "Gauchos de Güemes", unas pocas armas y mucho coraje) frente a los ejércitos españoles que todavía no dejaban el territorio, luego de la Revolución de Mayo. Apenas unos cuantos hombres, conocedores del terreno, valientes y astutos resistieron pelearon por cerca de 6 años contra uno de los mayores ejércitos del mundo. Solos, con un objetivo: defender el Norte.
Participó, años antes, en la reconquista de Buenos Aires, tras las invasiones inglesas y peleó, más tarde, junto a San Martín y Belgrano.
Sin Güemes, Argentina tendría probablemente en Córdoba su límite norte. Un ejemplo de amor y patriotismo, como los que abundaban en aquellos años que, desgraciadamente, no ha sido reconocido por los libros de historia como debería. Afortunadamente, la memoria popular, si lo ha hecho. Nadie que pase por Salta dejará de saber quién es Güemes y lo que hizo por nuestro país.
7.2.11
El amigo inesperado
Ayer, en Salta, hice un amigo inesperado. Mientras Ramiro, Jorge, Martín y otros tantos se fueron a la cancha (y volvieron felices porque al fin ganó Antoniana), yo caminaba sin rumbo fijo. Tan sin rumbo que, como era de esperarse, me perdí. Hasta ahí, nada anormal. El problema fue que el clásico llamado a Ramiro para que me ubique o me diga la forma de volver, no resultó: el ruido de la cancha impidió que escuchara el celular. Como al quinto llamado empecé a preocuparme.
Caía la tarde ya, yo imaginaba que el partido había terminado, pero aún no tenía suerte con el celular. Había caminado ya unas 50 cuadras y seguía perdido. En este punto, muchos podrán preguntarse por qué no le preguntaba a alguien dónde estaba y cómo volver. Es una pregunta válida con una respuesta imposible: odio preguntar por direcciones. Y cuando me empezaba a ganar la desesperación, apareció él, un amigo inesperado. Mezcla de beagle y ovejero alemán, un auténtico perro callejero, marca Acme, como me gustan a mí. Tan simpático que no podía sino seguirlo.
Le hice algunas caricias, sentado en el cordón de una vereda, de un barrio de Salta. Después me paré y caminé una cuadra y el perro (llamado Chueqito para ese entonces, por razones obvias) tomó la delantera. Lo seguí tres cuadras, hasta que, casi por arte de magia, aparecí en una esquina conocida, una panadería que queda a 20 cuadras de la casa de Ramiro, en el barrio Castañares. Le agradecí al perro con más caricias y retomé el camino. El chuequito me siguió unas cuadras, 5 ó 6, y después moviendo la cola dio media vuelta y se fue. Seguramente, a ayudar a otros turistas perdidos...
Caía la tarde ya, yo imaginaba que el partido había terminado, pero aún no tenía suerte con el celular. Había caminado ya unas 50 cuadras y seguía perdido. En este punto, muchos podrán preguntarse por qué no le preguntaba a alguien dónde estaba y cómo volver. Es una pregunta válida con una respuesta imposible: odio preguntar por direcciones. Y cuando me empezaba a ganar la desesperación, apareció él, un amigo inesperado. Mezcla de beagle y ovejero alemán, un auténtico perro callejero, marca Acme, como me gustan a mí. Tan simpático que no podía sino seguirlo.
Le hice algunas caricias, sentado en el cordón de una vereda, de un barrio de Salta. Después me paré y caminé una cuadra y el perro (llamado Chueqito para ese entonces, por razones obvias) tomó la delantera. Lo seguí tres cuadras, hasta que, casi por arte de magia, aparecí en una esquina conocida, una panadería que queda a 20 cuadras de la casa de Ramiro, en el barrio Castañares. Le agradecí al perro con más caricias y retomé el camino. El chuequito me siguió unas cuadras, 5 ó 6, y después moviendo la cola dio media vuelta y se fue. Seguramente, a ayudar a otros turistas perdidos...
4.2.11
Ayuda para Salta
Hoy, un tema mucho más importante que cualquiera de las pavadas que pueda escribir sobre mi viaje. Se necesita ayuda para Salta. Copio la convocatoria de Facebook, pero también pueden acercarse a la Casa de Salta en Buenos Aires (Diagonal Norte 933). Una ayuda para Salta, para Argentina, para un ser humano. "POR LOS INUNDADOS DE SALTA" |
Hora | Hoy a las 17:00 - El Lunes a las 20:00 |
---|---|
Lugar | Santa Fe 474 - Salta Capital CASA DEL SENADOR GUSTAVO SAENZ |
Más información | Esto es una red social, hoy mientras varios estamos sentados leyendo esto hay personas que no pueden hacerlo, simplemente perdieron todo. Que esta red sirva una vez mas para conectarnos hoy con un solo fin .... AYUDAR AL QUE MAS LO NECESITA. Todos tenemos algo en nuestras casas que no necesitamos, ellos hoy lo necesitan, ELLOS HOY TE NECESITAN. DESDE LO MAS BASICO... UN PAR DE MEDIAS, CALZADOS, ROPA DE TODO TIPO, FRAZADAS TODO SERA RECIBIDO Y ENTREGADO EN SUS MANOS, CADA DONACION SERA PUBLICADA POR FOTOS, COMO SU ENTREGA, QUERES SUMARTE HACELO, HOY NO CRITIQUEMOS DE QUIEN ES LA CULPA, HOY NOS NECESITAN..... AYUDEMOS TODOS. Las Donaciones se recibiran en Santa Fe 474 - Salta Capital Desde el Viernes 4 de Febrero a Hs 17, 00 / Sabado y Domingo horario corrido |
3.2.11
Superclásico en Salta
No, no hable de Juventud Antoniana-Central Norte, pa los que no saben, un verdadero clásico salteño. Hablo del Boca-River de ayer, que vimos en la casa de Ramiro. Una vez más, la ventaja de ser de independiente me hizo relajarme y disfrutar de un partido que empezó bien y terminó aburriendo.
En una breve encuesta entre la gente que estaba en la casa, Boca ganaba 5 a 2 en hinchas. No sé si es una tendencia de Salta, o siquiera de Salta capital, pero al menos en el Barrio Castañares, la mayoría era xeneixe. Donde no hubo mayores discusiones es en reprobar la forma en que Niembro vendía, repetitivamente al diputado salteño Olmedo, que paseaba su camperita amarilla por el estadio mendocino. "Un impresentable", según lo definieron los salteños presentes, que parecen conocerlo a fondo (según se desprende de la discusión de 20 minutos, enumerando sus errores, que se inició).
Como sea, fue lindo ver el partido de una forma distinta. La vez pasada lo vi solo en un bar del Centro. Ahora, con cerveza Salta de por medio, todo una nueva gama de puteadas para aprender y muchas risas, fue más entretenido.
Me llevé además la promesa de que me lleven a ver el clásico salteño CJA-CN, en su próxima edición (para la que no falta mucho). Todo, a pesar de haberla mufado la última vez que me llevaron al Martearena. Quizá el empate de ayer con Libertad de Sunchales les devolvió el ánimo.
En una breve encuesta entre la gente que estaba en la casa, Boca ganaba 5 a 2 en hinchas. No sé si es una tendencia de Salta, o siquiera de Salta capital, pero al menos en el Barrio Castañares, la mayoría era xeneixe. Donde no hubo mayores discusiones es en reprobar la forma en que Niembro vendía, repetitivamente al diputado salteño Olmedo, que paseaba su camperita amarilla por el estadio mendocino. "Un impresentable", según lo definieron los salteños presentes, que parecen conocerlo a fondo (según se desprende de la discusión de 20 minutos, enumerando sus errores, que se inició).
Como sea, fue lindo ver el partido de una forma distinta. La vez pasada lo vi solo en un bar del Centro. Ahora, con cerveza Salta de por medio, todo una nueva gama de puteadas para aprender y muchas risas, fue más entretenido.
Me llevé además la promesa de que me lleven a ver el clásico salteño CJA-CN, en su próxima edición (para la que no falta mucho). Todo, a pesar de haberla mufado la última vez que me llevaron al Martearena. Quizá el empate de ayer con Libertad de Sunchales les devolvió el ánimo.
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2.2.11
Grandes Éxitos de Salta
Ayer, por la tarde, me dediqué a ser turista por un día. Me calcé la mochila, los lentes de sol y como cualquier gringo más, me fui a recorrer los grandes éxitos del Centro de Salta. La Catedral, el Obelisco, la Iglesia de San Francisco, la Plaza 9 de Julio, ni uno se me pasó. Hay que reconocer que la lógica del turismo tiene sus años y, por lo general, no falla. Por suerte hace más de un mes y medio que estoy en Salta y casi un mes en Salta Capital. Eso me permite conocer más de lo que conoce el turista promedio. Sin embargo, esa vuelta de ayer por los clásicos del turismo, está entre lo mejor que vi.
No es casualidad que si alguien cuenta sólo con 1 día en Salta le digan: "andá al Centro y subite el Cerro San Bernardo". Sin duda, estos hitos están entre lo más lindo que tiene la capital. La belleza histórica y la belleza natural, una combinación ideal para resumir Salta.
De todas formas, me quedo con el "turismo sin apuro" que tengo la suerte de hacer yo. Ellos se llevarán fotos bonitas, un buen recuerdo y la chance de hablar como si conocieran" de Salta con cualquier otro turista. Yo, me llevo experiencias de vida, amigos, fotos aún más lindas y, además de llevar, dejo. Dejo un fragmento de mi vida, recuerdos a gente linda que me acompañó, un pedacito de mi corazón que siempre querrá volver a estos días hermosos en Salta.
No es casualidad que si alguien cuenta sólo con 1 día en Salta le digan: "andá al Centro y subite el Cerro San Bernardo". Sin duda, estos hitos están entre lo más lindo que tiene la capital. La belleza histórica y la belleza natural, una combinación ideal para resumir Salta.
De todas formas, me quedo con el "turismo sin apuro" que tengo la suerte de hacer yo. Ellos se llevarán fotos bonitas, un buen recuerdo y la chance de hablar como si conocieran" de Salta con cualquier otro turista. Yo, me llevo experiencias de vida, amigos, fotos aún más lindas y, además de llevar, dejo. Dejo un fragmento de mi vida, recuerdos a gente linda que me acompañó, un pedacito de mi corazón que siempre querrá volver a estos días hermosos en Salta.
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1.2.11
Lluvia en Salta
Desde ayer que no veía más que agua por la ventana. La lluvia fue impresionante. Pasamos algunas horas, con el secador, sacando el agua que se metía por el patio de atrás. Después, poniendo trapos de piso en las puertas, para que no entre más. Mirabamos por Canal 9 (de Salta) lo que iba pasando en la ciudad y los alrededores. Lo clásico que pueden imaginarse: caída de árboles, gente evacuada, paisajes irreconocibles por la acción del agua.
Uno no puede evitar pensar en estos momentos, lo mismo que cuando estas tormentas se desatan sobre Buenos Aires, en la gente que "sufre realmente" estas lluvias. Los que pueden perder su casa, los que corren riesgo vital por estar cerca de malas conexiones eléctricas, de condiciones precarias, con falta de desagues o mil otras carencias. Una lluvia fuerte siempre es más complicada para los que menos tienen. Rio de Janeiro está muy cerca, ahí nomás, para recordárnoslo.
Con el deseo de que todos los salteños afectados estén bien. Desde aquí, se ofrece una mano para ayudar.
Uno no puede evitar pensar en estos momentos, lo mismo que cuando estas tormentas se desatan sobre Buenos Aires, en la gente que "sufre realmente" estas lluvias. Los que pueden perder su casa, los que corren riesgo vital por estar cerca de malas conexiones eléctricas, de condiciones precarias, con falta de desagues o mil otras carencias. Una lluvia fuerte siempre es más complicada para los que menos tienen. Rio de Janeiro está muy cerca, ahí nomás, para recordárnoslo.
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