5.5.11

Mejorar la espera


Como mi situación dice que hasta que no se defina el tema de si me sale o no el trabajo en Salta capital, estoy fijo acá y no continuo el viaje, decidí hacer la espera algo más agradable. Saqué ayer por la tarde pasaje para Cafayate. Si me llaman porque el trabajo sale, vuelvo en un par de horas y estoy listo para ir, si no me llaman, sigo el viaje y, mientras espero, disfruto de un lugar con menos movimiento y más tranquilidad.

En Cafayate pasé fin de año y es otra ciudad que me encantó. Además, nunca alcancé a visitar las bodegas, ni el Museo del Vino. Sin mencionar que vario me dijeron que otoño es una estación espectacular para visitar esa zona. Con bastante frío a la noche, pero con unos colores increíbles durante el día. Será cuestión de confirmarlo.

Pa' Cafayate me voy, a mejorar la espera.

28.4.11

No caer en el punto de dejar de disfrutar el viaje


Tremendo título, ¿no? Es que es lo que estoy pensando en estos días. Cuando salí de Buenos Aires hace más de 5 meses, mi idea era hacer un gran viaje por el norte argentino, Bolivia, Perú y más allá. El famoso año sabático de viaje después de haberme recibido. En el medio pasaron mil cosas, conocí gente buena onda en varios lados, recorrí paisajes espectaculares, pasé un carnaval, una elección y otros tantos sucesos extraordinarios y me quedé buena parte en la ciudad de Salta, porque encontré acá un segundo hogar.

De pronto, algo inesperado me complicó el panorama: una oferta de trabajo. El amigo Ramiro, que me aloja en Salta (y ahora hasta amenaza con presentarme una prima) le comentó de mí a un amigo que andaba buscando diseñador gráfico para su empresa. Fui a una entrevista, la primera de mi vida, me sentí cómodo, pero pasaron las semanas y nada. Ayer (o anteayer, ya me perdí), me volvieron a llamar, diciendo que querían tener una segunda entrevista. No me dijeron si ya era para contratarme, si el proceso era largo o qué. Lo concreto es que me vuelve a entrar la duda sobre si seguir mi viaje o probar quedarme a vivir un tiempo acá en Salta y hacer mi primera experiencia laboral. El problema es que en esta disyuntiva, no estoy disfrutando el viaje, que era el objetivo original.

¿Qué hacer entonces? ¿Me quedó?, ¿Agarro el trabajo? ¿Saldrá el trabajo? ¿Largo todo y sigo el viaje?

20.4.11

Semana Santa y más allá


Se viene la Semana Santa en el Dique Cabra Corral. Y oficialmente serán mis últimos días en Salta. Aunque, como dice mi vieja, de forma poco original, "nunca digas nunca". El martes 26 tengo pasaje a La Paz. Finalmente, después de casi 4 meses en el Norte Argentino, salto la frontera. Cuesta dejar Salta, después de tantos buenos momentos. Voy a extrañar, en primer lugar, a los amigos: a Ramiro que se copó y me dio alojamiento este tiempo. A Martín, a Jorgito, a toda la banda que compartió tantos mates, cervezas, noches de La Balcarce, partidos de truco y charlas futbolero-políticas. Voy a extrañar el barrio Castañares, la Plaza 9 de Julio, el Cerro San Bernardo, tantos paseos por calles desconocidas, tanta nostalgia.

Queda la alegría y el recuerdo de los buenos momentos vividos y los que quedan, la tranquilidad de tener un lugar para volver cuando entre la nostalgia, los amigos, que nunca se pierden.

Pero mejor dejar este racconto para después del fin de semana largo. Todavía queda mucho por vivir...

15.4.11

De vuelta al Dique


Todo parece indicar que la Semana Santa volveremos al Dique Cabra Corral. Esta vez, por un par de días más que el último feriado, que ya me olvidé cuál era. Igualmente, cuando uno está de viaje/vacaciones, todos los días son feriados, eso es lo bueno, y lo malo.

Haré mi mayor esfuerzo por unirme a Ramiro y sus amigos en el tema de los deportes acuáticos, aunque sigo teniendo algo de cagazo a eso de subirme  a una tablita con vela o a una moto de agua. Que se yo! supongo que eso de "tenele respeto al agua", clásico de mi vieja, me llegó en serio. La cuestión es que esta vez probablemente no zafe de la insistencia del "dale, porteñito, animate", con el que me hostigaron todo el viaje pasado.

Por lo pronto, tengo la tranquilidad y la confianza para revalidar mi título de truco en el próximo campeonato. Demostré, con creces, que incluso bajo los efectos avanzados del alcohol, son invencible. :D

Nada mejor que un feriado, incluso para el viajero, porque puede compartir con los que habitualmente están laburando y no son parte estable de su recorrido.

11.4.11

Pasaron las elecciones en Salta


Pasaron nomás las elecciones en Salta. No hubo mucho que palpitar: Urtubey ganó caminando. Afortunadamente fue una jornada tranquila y, fuera de denuncias y expresiones ridículas de "Camperita" Olmedo, todo transcurrió en calma.

El voto electrónico funcionó bien y nadie salió a criticarlo, ni a decir que estaba manipulado o que había habido fraude. Imagino que si se hubiera estrenado esta modalidad en una elección más reñida como la de Chubut, estaría en el centro del escándalo, pero la previsibilidad de ésta, le ahorró el debate.

El apoyo a Urtubey parece dividirse entre los que están contentos con la gestión, los que votan a Cristina a través de él y los que lo votan como el mal menor y ante el horror que causa un impresentable como Olmedo. El apoyo a Olmedo parece basarse en camionetas y gorritas. El apoyo de Wayar en la escasa influencia moyanista en la provincia y en un puñado de fieles. El apoyo a resto de los candidatos, bien, gracias.

Salta retomará, espero, de a poco su ritmo habitual. Los carteles que empapelan la ciudad se guardarán junto a las promotoras que serán reemplazadas nuevamente por turistas que poco entienden o se interesan por la actualidad nacional. Pasó otra elección y uno se siente como después del super-clásico.

8.4.11

Viernes


Me gustan los viernes en Salta. Casi parecieran empezar unas horas antes que en Buenos Aires. No me pregunten por qué, pero el espíritu del viernes siemplemente está en el aire desde la tarde. Los chicos con ropa de colegio corren por la Plaza 9 de Julio, los oficinistas hoy están más "casual" que nunca, las mujeres sonríen más y hasta los jubilados parecen emocionarse saboreando la visita de los hijos o los nietos del fin de semana.

La ciudad empieza a bajar el ritmo y de a poco el Centro se va vaciando, dejando apenas turistas (como uno), uno que otro que le tocó trabajar hasta tarde y algún loco o borracho que no se enteró que ya era viernes.

La gente se va a los barrios, para sus casas, otros tanto enfilan para La Balcarce o alguna de las tantas peñas, algunos se van al interior a visitar familiares y otros se acuestan temprano, porque tiene la desgracia de trabajar el sábado.

Es viernes, y aun para el que no trabaja, es especial. Es de esos días alegres por naturaleza, porque anticipan el descanso y una vida compartida con los que más queremos.

Los extraño, familia, amigos. Desde que estoy de viaje, los viernes se me hacen un poco melancólicos.

6.4.11

¿Quién dijo que la política es aburrida?


Heme aquí, oficiando de cronista eleccionario, para los amigos porteños que preguntan.

Las elecciones en Salta son este domingo 10. Los candidatos principales son Urtubey (el actual gobernador, por el FPV), el conocido impresentable de Alfredo "Camperita amarilla" Olmedo (por el PRO) y un tal Wayar, que todavía no entiendo muy bien de qué la juega, pero parece que es opositor a Urtubey, aunque al mismo tiempo va por el FPV. Según todo el mundo acá, gana Urtubey caminando. Incluso cuando la mitad de "ese mundo" tenga puesta la gorrita amarilla que regaló Olmedo.

Va a haber voto electrónico, por primera vez en Argentina, en casi un 30% de la provincia. De mi parte, tengo curiosidad por ver cómo funciona. Después del desastre de Chubut, uno ya no se confía de nada.
Por lo pronto, como siempre, una elección es algo necesario para democracia, pero además interesante y divertido. Siendo un poco ajeno a la misma, podré disfrutarla doblemente. Tengo la extraña obsesión de verlas como casi un evento deportivo, me encanta saber los números, quién gana en cada departamente, cada ciudad, etc.

Mi amigo Ramiro le va a Urtubey, así que, como con Antoniana, tendré que ir por su equipo. Algo que no es tan grave, considerando que si me daban a elegir a mí, sólo tendría una certeza: quisiera que pierda Olmedo. Gente como ese daña al país. No puedo opinar de Urtubey y su gestión, porque no conozco nada. Unos meses no permiten opinar.

En fin... todo se resuelve el domingo, y va a estar entretenido!

1.4.11

De vuelta al viaje


Todo parece indicar que no me fue tan bien en la entrevista. Aunque, más bien, quedó en un "veremos". Si bien el tipo se quedó contento con el resultado, la verdad es que necesita un profesional en el manejo de ciertos programas en los que yo apenas toco de oído. En realidad, fui yo el que se fue con la sensación de que no había ido tan bien la cosa. Algo lógico después de responder cómo 5 preguntas con "no sé" o "más o menos" o "poco"... no es el dato más alentador para una entrevista.

Por lo pronto, mientras espero el resultado, sin fecha prevista, continúo con este hermoso viaje. Obviamente, por las próximas semanas, tendré que estar en Salta capital, por cualquier cosa. Luego, tendré que ver el próximo destino. En el entretanto, tendré que soportar los nervios de mi vieja, la pregunta insistente de los amigos porteños de "¿Y, qué onda?" y de los amigos salteños: "¿Ya tenés trabajo?".

El plan inmediato es irme a meditar cual buda a la punta del Cerro San Bernardo, con algo de música y una docena de empanadas (que frías también funcionan).

31.3.11

La suerte está echada


Hoy es la famosa entrevista de trabajo en Salta que ha revolucionado mi familia. Después de mucho pensarlo, decidí dejarlo librado al azar: iré a la entrevista y que la empresa decida. Como mis ganas de probar la experiencia de vivir un tiempo acá y mi amor por Buenos Aires están en un empate técnico, dejaré que el potencial empleador decida. Si me contrata, me quedo. Si no me tiene en cuenta, sigo viaje "Hacia el Norte" como anuncia este blog y como dejé de cumplir en el exacto momento en que llegué a la hermosa Salta.

Cualquiera sea el camino, salgo ganando. Trabajo y la experiencia de vivir afuera, por un lado. La experiencia de un viaje inolvidable que seguramente me tiene otras cuantas sorpresas, por el otro.

Mientras tanto, mi futuro inmediato me dice que hay un mate esperando.

28.3.11

Y si me quedo...


Volví de Tartagal, no alcancé a pasar por Orán y por Mosconi como quería. Volví a Salta capital, y volví de apuro. Y acá está la razón y la gran disyuntiva: me ofrecieron un trabajo. Si, algo tan simple y tan complejo.
Uno que venía en plan de viaje, de año sabático, de descanso, escapando de las responsabilidades, feliz con haberse sacado la Facultad de encima y, en el lugar menos esperado y en el momento menos esperado, me ofrecen un trabajo.

Salió, involuntariamente, (cuando no) a través del amigo Ramiro. Un amigo suyo le comentó que buscaba un diseñador para su empresa y salí sorteado.

Volví de Tartagal y no puedo dejar de pensar en eso: 1° es trabajo y una oportunidad de hacer experiencia laboral, 2° es la chance de vivir un tiempo fuera de Buenos Aires (y encima en una ciudad que me gusta), 3° Si no me gusta o no me lo banco, puedo salir corriendo :D.

Claro que está todo lo otro: 1° aunque todavía no me pasó, extrañar Buenos Aires, 2° estar lejos de la familia y los amigos de siempre, 3° que me guste demasiado y quedarme acá.

Probablemente especulo más allá de lo que importe o deba, al final es simplemente un trabajo que puedo agarrar o no. Pero, ¿quién me saca de esta duda?