23.2.11

Lluvia, viento y frío

Un tío mio solía decir, cuando todo le iba mal, y para darse ánimo: "No todo puede ser lluvia, viento y frío". El tiempo en Iruya no viene acompañando, y tiene un poco de cada una de esas cosas. Lluvia o lloviznitas ocasionales, mucho viento en las alturas y frío de noche. Febrero, acá, no parece febrero. Afortunadamente hay cómo y dónde protegerse de esos tres males turísticos. De la lluvia, en el bar de los duendes o en la casa, del viento, sentándose debajo de las parecitas de la plaza o atrás de la Iglesia (depende de dónde sople) y del frío, debajo de las 7 (sí, 7) frazadas que tiene la cama.

La verdad, ya estoy esperando que mejore el clima para seguir camino. Sigo tentado de hacer la caminata a San Isidro tempranito, pero veremos si esa opción funciona. Estoy viendo si no me conviene dar unas vueltas por la Quebrada, para llegar al carnaval del 5 en Tilcara. Es una opción y el amigo Ramiro me dijo que podemos encontrarnos por ahí y después volvemos en el auto para Salta capital.

Mientras tanto, me llevo la poesía de este pueblito, que aún con lluvia, viento y frío, tiene un encanto especial. Las callecitas que suben de piedras irregulares, la pequeña iglesita con la cúpula azul, hasta un polideportivo bien humilde que está en la parte alta (era increíble ver a los chicos jugando básquet en desnivel!), todo en Iruya nos deja algo, nos enseña algo o forma un recuerdo entrañable.

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